En este retrato se destaca la conexión afectiva entre la joven Paula y la gata Princesa.
Los detalles del rostro, el pelaje de la gata y la iluminación cálida hace que se resalte la ternura y complicidad de ese momento.
La emoción que se transmite es alegría, reflejada en la sonrisa de Paula y en la mirada serena de Princesa, evocando un sentimiento de cariño y tranquilidad.